No fume.
Evite las comidas picantes y las bebidas muy frías o muy calientes.
Evite los ambientes cargados de humos y/o polvos y gases de productos irritantes.
Limite la cantidad de tiempo de habla, muy especialmente cuando padezca infecciones respiratorias de vías altas. Hable lo justo y necesario, sobre todo si siente que su voz se cansa con facilidad.
Utilice un tono e intensidad de voz óptima, ni grite ni chille.
Evitar gritos e imitación de sonidos onomatopéyicos.
No susurrar porque provoca tensión en la laringe.
Si necesita llamarle la atención a alguien, use sonidos no vocales tales como aplaudir, campanas, chiflar.
Evite hablar por encima de un ambiente ruidoso.
Evite ambientes muy secos, con excesiva calefacción o aire acondicionado. Esto disminuye la hidratación de las cuerdas vocales.
Disminuya la velocidad del habla y hable pausadamente.
Evite el aclarar continuamente de la voz, así como la carraspera y la tos.
El uso de caramelos no es recomendable, puesto que agotan las reservas de saliva, y sólo logran el efecto contrario, sobre todo en personas mayores.
Evite hablar durante el esfuerzo o ejercicio físico.
Descansar al menos 8 horas diarias.
No ande con el cuerpo encorvado ni adopte posturas poco equilibradas. Evite posturas tensas al hablar, intente relajar los músculos de los hombros y cuello.
Tome mucho líquido. Un mínimo de litro y medio a dos litros de agua al día.
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