lunes, 22 de abril de 2019

Disfonía del docente


Guía de práctica clínica para el diagnóstico y tratamiento de la sinusitis bacteriana aguda en niños

En esta ocasión repasamos la guía clínica de la Sociedad Americana de Pediatría de diagnóstico y manejo de la sinusitis bacteriana en niños de 1 a 18 años. Consiste en una revisión de la misma guía publicada en el año 2001.

Clinical Practice Guideline for the Diagnosis and Management of Acute Bacterial Sinusitis in Children Aged 1 to 18 years.
Wald, E.R; Applegate, K; Bordley, C et alt.
Pediatrics July 2013, VOLUME 132 / ISSUE 1
From the American Academy of Pediatrics Clinical Practice Guideline

Los principales cambios respecto de la guía de 2001 se centran en la inclusión de un supuesto clínico como presentación de la sinusitis, designado como “empeoramiento del curso clínico”, la inclusión de datos de efectividad de algunos antibióticos y una revisión indicando la no necesidad de estudio de imagen para el diagnóstico de la sinusitis bacteriana aguda.

Comentario:

La sinusitis bacteriana aguda en una complicación frecuente de las infecciones virales de vías respiratorias altas. Usando criterios clínicos restrictivos, se ha observado que afecta a entre un 6-7% de los niños que consultan por síntomas respiratorios.

Los supuestos que contempla la guía clínica son:

1.- Los clínicos deben realizar un diagnostico de presunción de sinusitis aguda bacteriana cuando un niño con una infección viral de vías altas (URI) se presente con:
-enfermedad persistente por más de 10 días sin mejoría o
-empeoramiento del curso clínico tras mejoría inicial o
-inicio severo y descarga nasal purulenta al menos 3 días seguidos (Calidad B, Recomendación)

2A.- Los clínicos no deben obtener estudios de imagen para distinguir una sinusitis bacteriana de una URI viral (Calidad B, recomendación)
La sinusitis aguda bacteriana, se hace en base a criterios clínicos estrictos con síntomas, signos y patrones temporales. En una URI viral existe inflamación de la mucosa nasal, del oído medio y de los senos paranasales, existiendo una continuidad de la mucosa del tracto respiratorio superior. Se ha observado, además, que los niños con URI no complicada presentan frecuentemente anormalidades en la radiografía.

2B.- Los clínicos deben obtener un TAC con contraste de los senos y/o una RMN siempre que sospechen que un niño tiene complicaciones orbitarias o intracraneales. Calidad B, Recomendación fuerte.

3A.- Los clínicos deben prescribir antibióticos en niños con inicio severo o empeoramiento del curso clínico Calidad B, Recomendación fuerte.

3B.-Los clínicos deben prescribir antibióticos u ofrecer observación domiciliaria adicional por 3 días en niños con enfermedad persistente (10 días sin mejoría) Calidad B, Recomendación

4.- Los clínicos deben prescribir amoxicilina con o sin clavulánico como primera línea de tratamiento una vez realizado el diagnostico. Calidad B, Recomendación
Se repasa la efectividad de distintos antibióticos y el soporte en la evidencia.
Niños mayores de 2 años con sinusitis bacteriana no complicada de leve a moderada, que no vayan a guardería y no tratados con antibiótico en las últimas 4 semanas, precisaran dosis de 45 mg / kg /día en 2 dosis y de 80-90 mg / kg / día en comunidades con alta prevalencia de S.Pneumoniae no susceptible a penicilina. En el resto de supuestos, debe administrarse 80-90 mg/kg/ día.

5A.- Los clínicos deben reevaluar al niño si un cuidador refiere empeoramiento o falta de mejoría tras 72 horas de inicio del tratamiento. Calidad C, recomendación.
Asimismo se repasa la falta de evidencia en la literatura y por tanto de recomendación en cuanto a la terapia adyuvante (corticoides intranasales, irrigación salina y otros) en el tratamiento de la sinusitis bacteriana.
Se hace una reseña en cuanto a la condición de las sinusitis agudas bacterianas recurrentes y, en niños, la necesidad de investigar causas subyacentes como alergias, defectos inmunológicos funcionales, fibrosis quística o RGE…
En la última parte de la guía se comentan las posibles complicaciones de las sinusitis bacterianas agudas y los puntos clave para su diagnóstico y manejo.
Se proponen, como puntos abiertos a la investigación, el repaso de la microbiología en la era tras la integración de la vacuna conjugada contra el pneumococo; la coordinación de más estudios y mayores para correlacionar la clínica con los criterios diagnósticos; el desarrollo de imágenes que permitan la diferenciación entre infección bacteriana y viral; determinar la duración optima del tratamiento; evaluar la opción de “esperar y ver” en niños con síntomas persistentes y desarrollar nuevas vacunas q que permitan disminuir la incidencia de sinusitis aguda bacteriana, entre otras propuestas.



Este artículo ha sido comentado por Raquel Peña.

martes, 16 de abril de 2019

Día Mundial de la Voz 2019

En el dia mundial de la voz, 16 de ABril, la Comunidad de Asociaciones de Pacientes bajo el lema de este año 2019 "Se amable con tu voz" nos informa sobre como cuidarla.
 Pincha en la imagen
Pincha en la Imagen

martes, 2 de abril de 2019

Prevalencia de asma en los distintos subtipos de rinosinusitis crónica

Presentamos un estudio prospectivo de prevalencia asmática en pacientes adultos con distintos subtipos de rinosinusitis crónica (CRS). Para ello, se incluyeron un total de 410 pacientes, agrupándose en rinosinusitis crónica con pólipos nasales (CRSwNP), sinusitis crónica sin pólipos nasales (CRSsNP) y rinosinusitis alérgica fúngica (AFRS).

Prevalence of confirmed asthma varies in chronic rhinosinusitis subtypes. 
Promsopa C, Kansara S, Citardi MJ, Fakhri S, Porter P, Luong A. 
Int Forum Allergy Rhinol. 2016; 6(4):373-7.

Comentario:

La vía aérea superior es esencial para la protección y homeostasis de las vías respiratorias inferiores dada su posición estratégica y su función de calentamiento, humidificación y filtración.
La cavidad nasosinusal y los bronquios están vinculados anatómicamente, formando una única unidad funcional. Por tanto, no es difícil imaginar que las condiciones nasales que causan obstrucción nasal, estasis de las secreciones y/ó enfermedad infecciosa de la mucosa nasosinusal puede contribuir ó incluso inducir patología de las vías respiratorias inferiores en individuos susceptibles. Sin embargo, es evidente que la interacción nasobronquial no se limita a la obstaculización de aire, sino que ambas vías parecen comunicarse a través de mecanismos indirectos tales como reflejos neuronales y vías sistémicas que aún no se conocen de forma precisa.

En el caso de la CRS, el asma bronquial se considera una condición comórbida, confirmándose una fuerte asociación epidemiológica entre ambas. Concretamente, el trabajo que presentamos reveló que el 48,3% de los pacientes con CRSwNP, el 16,5% del grupo CRSsNP y el 23,6% del subtipo AFRS, padecían asma confirmada mediante pruebas de función pulmonar. Por otro lado, los síntomas nasosinusales son frecuentes en pacientes asmáticos, produciéndose hasta en el  80% de los casos. Los mecanismos fisiopatológicos también apoyan esta relación, ya que el proceso inmunológico ó inflamatorio es similar en ambos, además de las características histopatológicas y clínicas que se superponen en gran medida.

Sin embargo, la interacción entre ambas patologías, no siempre está clínicamente presente, lo que pone de manifiesto la presencia de factores intrínsecos y extrínsecos asociados en su etiología.

Clínicamente y de forma generalizada, la enfermedad rinosinusal ha sido descrita con mayor gravedad en aquellos pacientes con asma concomitante y en cuanto a la clínica asmática en pacientes con CRS, presentan mayor número de exacerbaciones, gravedad de los síntomas, tos y peor calidad del sueño.

Resaltar que en la mayoría de trabajos se evalúa de forma retrospectiva el diagnóstico de asma en pacientes con CRS y a menudo, no se diagnostica objetivamente con una prueba de función pulmonar. Además, no suelen definir ó distinguir características clínicas, inmunológicas, inflamatorias, de prevalencia ó resultados de tratamiento entre los distintos subgrupos de CRS asociados a asma, aportando datos de forma global.

Clásicamente, CRSwNP y AFRS se caracterizan por una respuesta inflamatoria tipo 2 con inflamación eosinofílica y edema asociado, lo que sugiere una patogénesis común, mientras que en CRSsNP se produce una respuesta neutrofílica tipo 1 de forma predominante.

Dadas las similitudes que se solapan en el perfil inmunológico entre CRSwNP y AFRS, resulta llamativo encontrar diferencias significativas en las tasas de prevalencia de asma entre ambos subgrupos, lo cual sugiere un mecanismo biológico responsable distinto que a día de hoy es desconocido y controvertido. Estas diferencias también pueden explicar la variación en la respuesta clínica al tratamiento médico y quirúrgico.

Por otro lado, la prevalencia de asma en el caso de CRSsNP en dicho artículo es comparable a las tasas reportadas en el resto de la literatura. Como mencionamos anteriormente, existen diferencias en el perfil inmunológico entre CRSwNP y CRSsNP que sugieren vías etiológicas dispares, lo cual puede explicar la menor prevalencia de asma en pacientes con CRSsNP.

Conclusiones:

La CRS es una enfermedad que ha sido asociada con el asma. En este artículo, se encuentra una mayor prevalencia de asma en los pacientes con CRSwNP en comparación con los pacientes con CRSsNP y AFRS. Esta observación sugiere diferencias en la fisiopatología de los subtipos de CRS, incluso en aquellos que comparten un mecanismo inmunológico y características clínicas similares. Se requieren más estudios para clarificar la interacción nasobronquial en estas dos patologías así como la posible necesidad de tratamientos específicos para combatir la patogénesis molecular única entre los subtipos de CRS, con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes.


Artículo  seleccionado y comentado por Ana Gutierrez